El Maracanazo

Hoy hace 57 años de la hasaña Uruguaya contra los locales Brasileros.

Un 16 de julio como hoy, pero de 1950, fue el día que Uruguay demostró que en el fútbol todo es posible... Aquel recordado día el estadio "mais grande do mundo" se vio desbordado por más de 200.000 personas que ya se sentían en forma anticipada campeones del Mundo. Pero lo que nunca se imaginaban era que la página más negra de la historia del fútbol brasileño se estaba comenzando a escribir.Brasil llegaba al partido decisivo goleando sin piedad, y con tan solo un empate le alcanzaba para consagrarse por primera vez campeón del Mundo, ya que en el cuadrangular final sumaba dos resonantes victorias (ante Suecia y España), mientras que los celestes contra los mismos rivales habían conseguido una ajustada victoria (ante Suecia) y un sufrido empate (contra España).Los brasileños pese a que con el empate ya se aseguraban el esperado éxito, salieron afanosamente en busca del triunfo para coronar el título como reclamaba su fervoroso público. Pero en todo el primer tiempo no pudieron conseguir el gol que calmara a sus hinchas, sedientos de gloria.Los celestes aguantaron a pie firme el temporal e inclusive lograron inquietar el arco de Barboza. Sin embargo con el tempranero gol de Friaca cuando empezaba el segundo tiempo, parecía todo encaminarse al impostergable título local. Allí fue cuando los celestes cambiaron la historia del partido, del mundial y del fútbol de manera poco creíble. Schiaffino comenzó a enmudecer el estadio cuando venció al golero Barboza y empató transitoriamente el juego. Los nervios y el pánico comenzó a adueñarse no solo de los hinchas sino de los jugadores brasileños. Uruguay no se conformó con el dignísimo empate y siguió buscando el milagroso gol del triunfo. Alcides Edgardo Ghiggia a 10 minutos del final, tras gran escapada y posterior definición contra el palo izquierdo, dejó sin asunto al desmoralizado Barboza que no podía entender lo que estaba pasando. El inusitado clima de fiesta que se había creado en Maracaná lentamente comenzó a transformarse en un verdadero velorio.En los dramáticos minutos finales, los celestes sacaron a flote su envidiable "garra" y controlaron la exitosa diferencia. El tiempo se consumió irremediablemente, ya no había tiempo para más nada, Uruguay había alcanzado la hazaña más grande que se haya visto en un campo de fútbol, la que muchos llaman hazaña del siglo.

Gracias Foncho por compartir esta informacion.